martes, 21 de octubre de 2008

Una cena solidaria.


Parábola
Una cena solidaria.
En un lugar de Uruguay, cada noche, diez amigos se encuentran para cenar y gastan invariablemente un total de $1000. Como ellos eran todos votantes del actual gobierno, decidieron pagar la cuenta de la forma en la que gracias al Cr. Danilo Astori, pagamos nuestros impuestos.
Por tanto:
• Los primeros cuatro hombres, que eran los más desfavorecidos económicamente, no pagarían.
• El quinto pagaría $10.
• El sexto pagaría $30.
• El séptimo pagaría $70
• El octavo pagaría $120.
• El noveno pagaría $180.
• El décimo hombre (el más rico) pagaría $590
Cada día los diez amigos se sentían más y más izquierdistas. Cenaban en el restaurante todas las noches y parecían bastante contentos con este arreglo. Pero siendo de los mejores clientes del local, su dueño un día decidió tener una atención para con ellos.

- Hombres!!! Ustedes son mis mejores clientes! A partir de hoy les hago un descuento del veinte por ciento. La cena les costará $ 800.

El grupo de compañeros frentistas se alegró mucho, pero obviamente, decidieron mantenerse fieles a sus convicciones.

- Que nadie sea capaz de contrariar nuestra unión - dijo uno afecto a la historia.

- Habrá descuento para todos o para naides - dijo el más militante.

Por tanto decidieron continuar pagando de la forma acordada, trasladando el descuento, como si fuera un aumento del mínimo no imponible. <

- A ver muchachos, pensemos. ¿Cómo lo haría Danilo?

- Mejor llamamos a Cancela.

- Bueno, muchachos, dividimos el descuento y listo. ¡A ver, las calculadoras!

Obviamente los cuatro más pobres seguían sin ser afectados.

- Nosotros seguiremos comiendo grátis, no?

- Claro compañeros, ustedes son los más desfavorecidos. Sigan gozando de nuestra solidaridad.

- Muy bien compañeros, nosotros seis debemos integrar el aumento del mínimo no imponible, que en conjunto llega a doscientos pesos… dijo uno que se tiraba de líder.

Dividieron $200 entre seis resultando $33,3. Pero si sustraían esa cantidad de la parte de cada uno, entonces el quinto y el sexto hombre terminarían cada uno siendo pagados por comer. Si bien era curioso, no parecía muy lógico

Entonces el dueño del restaurante, un emigrante de Vigo, que algo de números entendía, dijo:

- Caballeros, lo que debéis hacer es imputar el descuento en forma proporcional a lo que cada uno paga.

- ¡Bien, gallego! - gritaron a coro. A vos te tiene que conocer Olesker.

Y así, calculadora en mano y luego de un tiempo largo, café mediante, de sacar cálculos, llegaron al siguiente resultado:
• El quinto hombre, como los cuatro primeros, no pagó.. (Ahorran 100%).
• El sexto ahora paga $20 en vez de $30 (ahorra 33%).
• El séptimo ahora paga $50 en vez de $70 (ahorra 28%).
• El octavo ahora paga $90 en vez de $120 (ahorra 25%).
• El noveno ahora paga $140 en vez de $180 (ahorra 22%).
• El décimo ahora paga $490 en vez de $590 (ahorra 16%).
De esta forma, cada uno de los seis amigos que pagaban, lograron pagar menos. Por tanto, los cuatro más pobres siguieron comiendo de arriba.
Al salir del restorán, a cada uno lo asaltó el pequeño burgués que todos llevamos dentro.

Solamente saqué diez pesos de los $200, pensó el sexto hombre. En cambio, - dijo señalando al décimo comensal, el que más pagaba-., ¡el ganó cien pesos!

- Si, es verdad! - grito, medio exaltado el quinto hombre, olvidando que había comido sin pagar un peso- Yo solamente ahorré diez pesos. ¡No es justo que él haya recibido diez veces más que yo!”.

- ¡Es verdad! gritó el séptimo compañero, al cual el vino se le estaba subiendo a la cabeza- . ¿Por qué el, que es un viejo platudo, debe recibir cien pesos, cuando yo solo recibí $20? Es como dice Mujica: ¡Los más ricos tienen todas las oportunidades!

- ¡Esperen un minuto! gritaron los primeros cuatro, que venían comiendo gratis desde el primero de marzo del 2005. Nosotros no recibimos nada. ¡El sistema explota a los pobres! ¡Este pituco de Pocitos se la lleva toda!

Entonces los nueve compañeros rodearon al décimo y le dieron tremenda paliza.
La noche siguiente, el décimo hombre no llegó a cenar.

- Che, ¿Julián no viene?

- Me parece que está enojado. Es un rencoroso.

- Si, vos viste, ¿no? La plata te aburguesa, no hay caso.

Los nueve frenteamplistas se sentaron y comieron sin él. Recordaron viejas épocas, la cárcel, la clandestinidad, las pegatinas, Todos estaban felices. Pero cuando llegó la hora de pagar la cuenta, descubrieron algo importante. Ellos no tenían suficiente dinero entre todos para pagar ni la mitad de la cuenta.

Esa noche la esposa del gallego dueño del bar no tuvo que lavar los platos. A partir de allí, las cenas solidarias llegaron a su fin.

Moraleja.
Así es como el sistema de impuestos funciona. Hay gente que paga impuestos, y hay gente que no; si a los que sí lo hacen les cobramos demasiados impuestos y los atacamos por ser prósperos, puede que ellos no aparezcan más.

De hecho, pueden empezar a comer en el extranjero en donde la atmósfera es un poco más amigable.

6 comentarios:

Fonzi dijo...

SENCILLAMENTE.... BRILLANTE !


pd: Estimado , cuando va a sacar las letritas verificadoras ?
Me tienen las bolas al plato

Unknown dijo...

Mirá... una ves se me dio por sacarlas y resulto en que entraban montones de pelotudos a poner hipevinculos a sitios llenos de virus, y directamente a descarga de virus. Por eso...
Mas adelante pruebo a ver que pasa, hoy ya no me dan las bolas..

abrecabezas dijo...

me dejas sin palabras esta buenisimo

Unknown dijo...

Yap, esta muy pero muy bueno!

Riei dijo...

"hoy ya no me dan las bolas.."

hoy, mañana, ayer, pasado mañana...jamas te dan las bolas para hacer algo.
Btw.. mira el q se quejaba de mis publicaciones largas.
Un chorizo blogistico y que empieza con la foto de un tupa.
Ya por esa foto te imaginas q ni lo lei, no?

Unknown dijo...

Yap, pero te digo que vale la pena leerlo...